En muchas ocasiones las personas suelen posponer el sueño o quitarle relevancia. Sin embargo, dormir es una de las herramientas más poderosas para funcionar correctamente al otro día y gozar de un organismo sano.
Nuestra vida está determinada por rutinas, costumbres, hábitos y horarios.
Acostumbrar a nuestro cuerpo a toda una serie de actos lo convertirá en ritual y esto favorecerá el descanso.
1. Intenta dormir y levantarte siempre a las mismas horas
Esto incluye también los fines de semana. Establecer una rutina y un horario de sueño es fundamental. Se recomienda acostarse todos los días a la misma hora y levantarse igual.
2. Hacer lo mismo siempre antes de ir a dormir
Programar un ritual diario que ayude a que el cuerpo de forma mecánica reconozca y anticipe el siguiente paso previo a dormir. Un ejemplo: leer 30 minutos, lavarse los dientes, ponerse el pijama y acostarse. Repitiendo este proceso a diario hace que el cerebro y el cuerpo sepa que viene a continuación. De esta forma se va preparando para el descanso, lo que favorecerá la conciliación del sueño más rápidamente.
3. Ejercicios de concentración
Dedicar un tiempo antes de ir a dormir a relajarse es una buena práctica para conseguir dormir. Ejercicios de concentración, meditación, terapia cognitiva conductual son algunos ejemplos.
5. No tardar a la hora de levantarse
Cuando suena la alarma y nos despertamos hay que levantarse inmediatamente. Y no volver a acostarse hasta la hora de dormir, por muy cansada que se esté ayudará a regular mejor la calidad de tu descanso.
6. Temperatura en la habitación
Una buena temperatura no debe ser ni muy fría ni muy cálida. Entre 18 y 22 grados.
8. Periodo de inactividad
Mantener un periodo de inactividad y relajación ayuda a que el cuerpo se prepare para la fase de sueño y descanso. La televisión, la computadora o los dispositivos portátiles deben dejar de utilizarse mucho antes de irse a la cama.
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