jueves, 15 de julio de 2021


 

Un sueño profundo y reparador sólo es posible cuando no existen elementos distractores como la luz o el ruido. 


Cuando tenemos el aparato dentro nuestra habitación y vemos la televisión a oscuras nuestras pupilas se dilatan dejando que entre más luz; esto estimula irregularmente el cerebro antes de ir a dormir. 

El resplandor de la pantalla y los ruidos que el televisor emite hacen que el cerebro aumente su actividad eléctrica y las neuronas comiencen a acelerarse, por esto es mejor leer un libro o escuchar música relajante previo al sueño, para bajar la intensidad de la actividad cerebral y procurar un mejor descanso. 


Si además nos quedamos dormidos con la tv encendida la afectación sobre la salud en aún mayor. 


El ritmo circadiano se altera enviando una información errónea al cerebro respecto al día y la noche bajo los estímulos de luz y oscuridad. 


La consecuencia será un sueño ligero con despertares frecuentes y un mínimo descanso. 


Se disminuye la producción de melatonina necesaria para regular el ritmo circadiano, contrarrestar el insomnio, la depresión, aumento de la presión arterial, sobrepeso y el envejecimiento. 


En este punto ver televisión de noche, así como usar videojuegos o teléfonos celulares deja de lucir tan inofensivo como parece, pues sus efectos sobre la salud son significativamente importantes. Cuidar la salud mental, física y emocional desde una mejor higiene del sueño es un hábito que debe fomentarse desde la infancia.

miércoles, 14 de julio de 2021

El Sueño y los Bebés


 

En los niños y en los bebés, como en los adultos, el sueño tiene diferentes fases y etapas, que van variando con la edad. 


El sueño se divide en dos grandes fases: el no REM y el REM. El no REM de los adultos se divide en cuatro fases. Y la fase REM es el periodo en el que se consolida el aprendizaje, se retiene información en la memoria y se olvida lo innecesario. Dejando así un total de cinco etapas entre sueño REM y no REM 


Las personas adultas pasan por cinco fases del sueño que progresan cíclicamente durante unos 90 o 100 minutos. Una vez ha terminado un ciclo empieza el siguiente y así durante toda la noche. 


-Los BEBÉS en cambio, tienen un patrón del sueño diferente. De las cinco fases solo pasan por dos: sueño REM primero y luego sueño profundo, que se irán repitiendo en ciclos de unos 50 o 60 minutos de duración. Pero al igual que en los adultos, las diferentes fases por las que pasan están directamente relacionadas con las propias necesidades humanas, en el caso de los recién nacidos principalmente la de alimentarse. 


-Durante los tres primeros meses de vida, los bebés tendrán la necesidad de dormir unas 15 horas al día ya que como máximo duermen entre cuatro y cinco seguidas. Además, también se sabe que durante el sueño ocurre parte del desarrollo y maduración del cerebro, de ahí la necesidad de dormir casi el doble que una persona adulta.

El sueño es un proceso evolutivo que irá adaptándose al crecimiento y cambios biológicos del niño. 


-Y a partir del tercer mes de vida, el ciclo nocturno del pequeño cambia y cae primero en la fase de sueño profundo aunque aún siguen sin estar definidas las cuatro sub-fases NO REM. 


-A partir de los seis meses, el bebé empieza a adquirir el resto de fases y su ciclo nocturno empieza a ser como el de los adultos, lo que no implica que duerman del tirón toda la noche. Aproximadamente la mitad de los bebés tienen despertares nocturnos entre los seis a los 11 meses, que muchos mantienen hasta los tres años.


Es importante que el pequeño aprenda a distinguir entre el día y la noche para que los periodos de sueño nocturnos sean más largos.

Sexo y Sueño

 


La falta de sueño puede estar arruinando tu vida sexual


Se sabe que la ansiedad y la depresión (efectos secundarios del insomnio o la falta de sueño) causan disfunción sexual. Cuando el cuerpo se estresa porque no puede dormir, el cerebro suprime la producción de hormonas sexuales como el estrógeno y la testosterona. 


Se asocia a falta de deseo sexual y disfunción eréctil en los hombres y problemas de excitación y dificultades orgásmicas para las mujeres. 

No importa cuál sea su edad, la falta de sueño afecta sus niveles de testosterona. 


Resulta que los niveles más altos de esa hormona ocurren durante el sueño REM.  Tu primer REM durará aproximadamente 10 minutos, pero a medida que avanza la noche, las etapas REM se alargan, y la última dura hasta una hora.


Entonces, si no duermes lo suficiente como para entrar en el sueño REM, no obtienes esos niveles restaurativos de testosterona circulante. 


Al igual que los hombres, las mujeres necesitan testosterona natural para mantener los huesos sanos, aumentar la cognición, mejorar la masa muscular y crear nuevos glóbulos rojos. 


El embarazo, la menopausia y por supuesto, los bebés recién nacidos, pueden causar trastornos del sueño, lo que reduce el interés de ellas por el sexo debido a la fatiga, el estrés o la depresión. 


Y no todo es biológico. A menudo, la falta de sueño afecta la vida sexual de las personas por la razón obvia: están cansadas. 


Pero otro lado se ha demostrado que el sexo antes de acostarse puede ayudar a mejorar la calidad del sueño gracias a las endorfinas liberadas que sirven para aliviar la ansiedad e incitan la relajación. 


De hecho el sexo libera la oxitocina, llamada también 'hormona del amor', que actúa como sedante a la hora de conciliar el sueño.

El Sueño según las Edades

 


Las horas de sueño recomendadas según la edad no son una cifra exacta. En realidad, resulta muy difícil determinar de forma taxativa los rangos precisos. Pero a continuación le dejamos un resumen de lo aconsejado según la edad.


• Recién nacidos (0-3 meses): lo ideal es que duerman entre 14-17 horas cada día, aunque también puede ser aceptable que lo hagan entre 11 y 13 horas.


• Bebés (4-11 meses): se recomienda que duerman entre 12-15 horas. 


• Niños pequeños (1-2): no es recomendable que duerman menos de 9 horas. Lo que se aconseja es que descansen entre 11 y 14 horas. 


• Niños en edad preescolar (3-5): entre 10-13 horas sería lo adecuado. 


• Niños en edad escolar (6-13): lo recomendable sería dormir entre 9 y 11 horas. 


• Adolescentes (14-17): el rango de sueño alrededor de 10hs.


• Adultos más jóvenes (18 a 25): entre 7-9 horas al día, y no menos de 6 ni más de 10-11. 


• Adultos (26-64): lo ideal sería dormir entre 7 y 9 horas, aunque no siempre se logra. 


• Adultos mayores (de 65 años): lo saludable es descansar entre 7-8 horas al día. Aunque que mayoría de los adultos mayores no superan las 5-6hs.


  Un sueño profundo y reparador sólo es posible cuando no existen elementos distractores como la luz o el ruido.  Cuando tenemos el aparato ...